Labores tradicionales en el campo

Estas labores dependían del tipo de cultivo, nosotros nos vamos a centrar en el de secano, que era el más tradicional de la zona. Se ha dividido el año en cinco periodos que comentamos a continuación:
ARADO

Para que las plantas puedan desarrollarse de una manera normal, a finales del verano es indispensable ahuecar la tierra hasta una cierta profundidad. Para realizar este trabajo se utiliza el arado. El arado de la tierra, permite que ésta almacene humedad evitando su endurecimiento y revitalizándola.

Tras el arado, es necesario deshacer los terrones para dejar la tierra suelta y apta para el cultivo. Esta labor la realizan las rastras y gradas  que arañan la tierra preparándola para la siembra.

Después de las lluvias de otoño, que han endurecido la tierra, se empleban los escarificadores y cultivadoras  que mantienen suelta la superficie del suelo labrado y eliminan al mismo tiempo las malas hierbas que han crecido espontáneamente.

SIEMBRA

Se suele sembrar en otoño, entre fines de septiembre y principios de diciembre, tras las primeras lluvias, pudiendo retrasarse o adelantarse según el estado de la tierra y el grado de humedad.

La siembra, para ser eficaz, requiere que se divida el terreno en franjas o calles, con objeto de que el cultivo quede homogéneo y ordenado; por ello se ara previamente con la vertedera. Después se entierra la semilla, a ser posible en el surco, que conserva más humedad. La siembra concluye al tapar la semilla, para lo que se usa el arado  o la grada. Esta operación evita además que el grano se seque o sea comido por los pájaros. Tradicionalmente la siembra se hacía a voleo.

ESCARDA
Escardar las plantas consiste en eliminar las malas hierbas que nacen espontáneamente entre las plantas cultivadas.

La época de escarda de los cereales y leguminosas es la primavera, cuando las lluvias facilitan el crecimiento de plantas espontáneas.

En nuestra tierra las primeras escardas se realizan con gradas y arados, sustituyéndose después por almocafres  y escardillos  usados a mano. También es necesario entresacar algunas de las plantas sembradas.

Para entresacar el cereal se utilizan rastras si la siembra se hizo a voleo, y el escardillo si se hizo a chorro.Otros cultivos, como el maíz, la remolacha o el algodón utilizan distintos tipos de almocafres para esta labor de entresacado.

SIEGA


Al final de la primavera, en los meses de mayo,  junio y julio, comienza el tiempo de la siega. La siega de cereales se hacía por medio de cuadrillas de segadores, que utilizaban la hoz y la fuerza de sus brazos para esta agotadora labor bajo el sol del verano. El segador se coloca al extremo del campo y de cara a la mies; con la mano izquierda, que lleva protegida con una zoqueta de madera, o unos dentiles de cuero, para evitar cortes, va cogiendo los tallos que le quepan, lo que se llama un haz. Los haces de mies cortada quedan a la izquierda del segador.

Las gavillas una vez atadas con cuerdas, o con tallos del mismo cereal, se dejan bien ordenadas en el campo para que se sequen, siempre en función del clima y de la posible amenaza de lluvia, que puede pudrir la cosecha.

Una vez finalizada la siega y recogidas las gavillas aún podían quedar espigas en el campo, por lo que grupos de mujeres, llamadas espigadoras recorrían una y otra vez el campo recogiendo las que sirvieran, y dejando sólo las rotas e inservibles a los pájaros.

Los tallos cortados que quedan en el campo se denominan rastrojo, y pueden ser usados o bien para que coman las ovejas o como abono del campo una vez quemado. Y es que en el campo ni sobra, ni se tira nada.

La guadaña que dispone de un filo mayor que la hoz y de un mango que facilita su uso no se emplea en la siega de cereales  pero es muy útil para segar la hierba y forraje del ganado así como para limpiar los linderos de cañas y malas hierbas.

TRILLA
Es la operación mediante la cual se separaba el grano de la paja en los cultivos de cereal. Para ello se pueden utilizar distintas técnicas, desde las más simples a las más complejas, mejorando en éstas el rendimiento y la eficacia.

El sistema más usado  ha sido el del tribulum, tabla con incrustaciones de piedra, normalmente de sílex, o de puntas de hierro, que se arrastra por un tiro de bestias, y sobre la que se monta una persona o una carga pesada, para que con el peso se desprenda mejor el grano de la paja.

Antes de proceder a la trilla hay que preparar el lugar donde se va a realizar esta labor, que se denomina era. Es preciso que sea un lugar abierto y llano, expuesto al viento, y con el suelo bien apisonado, e incluso adoquinado, para facilitar la labor del trillo e impedir que se hundan las espigas.

Una vez preparada la era se extiende la mies y comienza la pisa, haciendo pasar el trillo una y otra vez sobre ella. Gracias a su dureza, el grano se desprende entero de la espiga, sin triturarse. Esta labor podía ocupar varios días y era frecuente acompañarla con cantes y coplas alusivos a la cosecha.

Una vez trillada, la mies, que ahora se llama parva, se junta o afraila con la ayuda de la asnilla madero tirado por una caballería, los  y los rastrillos. Tras ello se procede al aventado.

Aventar la parva consiste en lanzarla al aire en días de viento, para que éste empuje la paja a un lado mientras que el grano, que pesa más cae en vertical. Para esta labor se utilizan, sucesivamente, horcas, bieldos  y palas  a medida que la paja que cae con el grano es más y más fina. Este aventado puede hacerse por tres o más hombres en cadena que se van pasando la parva cada vez más limpia los unos a los otros.

Pero aún no está el grano listo para almacenarlo. Todavía es preciso cribarlo, utilizando dos tipos de cribas , primero una de orificios gruesos que retiene las impurezas de mayor tamaño, y luego otra de orificios finos  que deja pasar las impurezas menores y la tierra, quedando el grano limpio para su almacenamiento.  

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