I.- Los orígenes de la Fª. Los presocráticos. |
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A) La Grecia Antigua. LAS
CIUDADES Y SUS FILÓSOFOS
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MAPA DE GRECIA
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Si hablamos de Filosofía como un sistema racional de creencias, valores e interpretaciones del mundo, ésta existiría en la gran mayoría de las civilizaciones, y sus orígenes serían muy diversos. En cambio, respecto a la Filosofía Occidental, se suele atribuir su paternidad al mundo griego antiguo (s. VII-VI a.C.), y a la figura de Tales de Mileto. Hasta ese momento, el “mundo griego” consistía en una serie de pueblos, más o menos soberanos, asentados sobre los restos de la civilización minoica y micénica, tanto en la Grecia Continental, como en la costa sur de Italia (Magna Grecia) y en la costa occidental de la Jonia (Asia Menor, actualmente Turquía). La base de su cultura común son el idioma y un sistema de creencias que, aunque muy diverso, asume una mitología estandarizada. Uno de los máximos exponentes de dicho sistema los encontramos en Homero (s. VIII), poeta griego por excelencia, que recoge no sólo el episodio más significativo se la historia griega (Guerra de Troya, s. XIII-XII, posiblemente sobre el 1150 a. C.), sino que además, en la Odisea y la Iliada aparece todo el elenco de dioses y mitos tradicionales griegos. También es significativo Hesiodo y su Teogonía, en la que se recogen los mitos acerca del origen de los dioses y las fuerzas de la naturaleza.
Hacia finales del s. VII a. C. se produce el nacimiento del pensamiento racional. Hay quién lo atribuye a la genialidad griega. Sin embargo, tuvieron lugar una serie de cambios sociales, económicos e ideológicos que motivaron este nacimiento:
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B) El paso del mito al logos.
Antes del s. VII a. C. nos encontramos el mito como forma de pensamiento en la antigua Grecia. El mito puede ser definido como un conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero del mismo modo, el mito es una actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la naturaleza, es decir, se dota de voluntad y personalidad a los elementos naturales. Así por ejemplo, en la mitología griega hay un dios del Amor, otro del Viento, ... Estos dioses actúan según su voluntad y capricho.
El pensamiento mítico está basado en lo aparente, cambiante y múltiple, mientras que el pensamiento racional está basado en lo que realmente son las cosas, la permanencia y la unidad.
Estas tres características permanencia, esencia y unidad , se deducen mediante el empleo de la razón, despreciando el conocimiento sensorial que nos muestra la realidad como algo aparente, cambiante y múltiple.
Con los griegos aparece la idea de naturaleza, "physis", a la que se pueden atribuir 2 significados:
Prácticamente todos los filósofos presocráticos coinciden en distinguir en la naturaleza las siguientes ideas:
Como hemos dicho se intenta definir la naturaleza como algo permanente y único; se persiguen unas leyes o principios explicativos a ser posible uno sólo pues la naturaleza es algo único que explique dicha realidad. Ese será el gran problema al que se enfrentarán los filósofos griegos, ya que es preciso explicar una naturaleza dinámica, cambiante, a través de una ley que no puede estar sometida a dicho cambio, ha de ser inmutable, pues de lo contrario no la podríamos conocer. Este principio explicativo del universo, de toda la realidad, será el arché. Cuando se identifica el arché con un solo objeto estamos ante una filosofía monista; si además se explica todo se denomina panteísta.
La idea del arché comprende 3 aspectos:
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C) Tales de Mileto y los milesios.
La primera escuela presocrática que nos encontramos es la de los milesios (también denominados lo físico jonios), sobre el s. VII-VI a. C.; a ellos se debe las primeras identificaciones del arché. Distinguimos:
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D) Otros presocráticos.
- Cronológicamente posterior, s. VI a. C., es la escuela de PITÁGORAS. Pitágoras, tras estudiar matemáticas en Egipto regresa a Grecia donde funda una escuela que, por su carácter esotérico y cerrado más bien puede considerarse como una secta. Introducen las matemáticas como la estructura del universo. En un principio observaron que la realidad tiene un comportamiento matemático: se pueden medir fenómenos, se observan proporciones, ... Llegan a la conclusión de que el orden del Universo es matemático; y como todo lo matemático puede reducirse a números, llegaron a la conclusión de que el arché de las cosas son los números. Según los pitagóricos los números aparecen en parejas, por lo que afirman que la naturaleza es algo dualista: noche día, macho hembra, ... Todo se organiza por parejas de la que destacan par impar. Finalmente asignan a cada cosa un número. Por ejemplo, al Universo, por considerarse perfecto, se le asigna el número 10, que para los griegos era el número más perfecto. Por eso el Universo habría de estar formado por una gran masa de fuego, que es el sol, rodeado por 9 planetas que giran en órbitas circulares.
- Entre los siglos VI V a. C. nos encontramos con la figura de Heráclito de Efeso Parte del dinamismo y movimiento del Universo, movimiento que, sin embargo, según él, no nos lleva al caos, sino que está sometido a un orden, armonía o ley: la dialéctica. Esta es consecuencia del equilibrio que se produce entre la lucha de contrarios. La dialéctica es pues, según Heráclito, el arché explicativo del Universo, que representó mediante el fuego.
- Parménides de Elea, (s. VI-V a. C.), sostiene, sin embargo, tesis contrarias a las de éste. Partiendo de unas afirmaciones a primera vista evidentes:
Llega sin embargo a unas conclusiones bastante peculiares:
El arché será por lo tanto un ser inmóvil y único; es pues, el único filósofo griego que niega el movimiento. Sin embargo, hay que explicar un movimiento que parece evidente. Para ello Parménides dice que existen dos vías de conocimiento, la vía de los sentidos o la opinión (doxa) y la vía de la razón o la verdad (aletheia). Los sentidos nos engañan hasta el punto que nos parece que existe el cambio. Sin embrago, la razón nos puede demostrar que el movimiento es algo imposible. De la unidad no puede surgir la pluralidad, porque supondría el paso del ser al no ser. A partir de Parménides los filósofos adoptan el pluralismo, es decir, admiten una pluralidad de realidades que existen desde siempre y que por lo tanto son eternas.
Tuvo dos discípulos, Zenón de Elea y Melisso de Samos, que demostraron racionalmente la imposibilidad del movimiento mediante aporías, razonamientos de los cuales si admitimos los fundamentos tenemos que admitir las conclusiones.
- El primer pluralista fue Anaxágoras (s. V a. C.), según el cual la realidad está formada por unas partículas que denominó homeomerías, que traducido literalmente significa todo está en todo y participa de todo. Para explicar el cambio de estas partículas, el movimiento, nos habla de un nous o entendimiento universal: una realidad espiritual, divina, que imprime el movimiento a esta partículas provocando su mezcla y la creación de sucesivos y eternos mundos. Es un concepto muy importante, pues es la primera vez que aparece la idea de una realidad divina. Sin embargo, una vez llegado a este punto no acierta a completar sus teorías: ¿creó esa realidad divina las partículas?, ¿es eterna?, ... Recurre entonces a una segunda explicación mediante el éter, homeomerías especiales en eterno movimiento, que imprime éste movimiento a las restantes. Anaxágoras pues se debate entre el finalismo y el mecanicismo.
- Demócrito de abdera (s. V a. C.), recibe su influencia de los planteamientos de Parménides: existe una única realidad en el Universo, pero esa realidad no tiene por que ser esférica. Para él los átomos o partículas que forman el Universo tienen multitud de formas y son eternos, múltiples desde la eternidad. Para explicar el movimiento, Demócrito afirma que es precisamente el no ser, el hecho de que “el no ser no exista”, lo que explica el movimiento. Expliquemos esta idea: el no ser significa la ausencia, el vacío, un vacío que sirve como campo de acción para que se produzca el movimiento, para que el átomo se dirija a éstas zonas y se combine. El movimiento no surge en un momento determinado, es eterno.
¿Existe algún orden, una realidad que le confiera una finalidad? No, según Demócrito el Universo no tiene finalidad externa ni está sometido a un Dios. Se define pues totalmente por el mecanicismo: para él los movimientos se producen al azar. Se suele comparar el pensamiento de Demócrito con el de Leucipo, otro de los llamados atomistas. |