Isabel II y sus amantes
Ante los problemas del regente Espartero, se decidió nombrar a Isabel II
reina de España y por tanto mayor de edad, tenía 13 años, un mes y dos días.
Isabel II mostró desde muy joven un temperamento muy activo en lo sexual.
Según parece, seguimos con Carlos Fisas, fue el general Serrano, el
"general bonito" como ella lo llamaba quien inauguró el camino que
luego iban a seguir muchos de sus amantes. Curiosamente, el mismo Serrano sería
un destacado protagonista de "la Gloriosa" y, por tanto, del exilio de
Isabel II. Pero lo importante era buscarle un marido y el asunto era peligroso
porque no había que mosquear a las distintas potencias internacionales. Al
final, el único pretendiente que queda era un primo de Isabel, hijo de la
Infanta Luisa Carlota, su tía, la de "las manos blancas" y la
bofetada, llamado Francisco de Asís. Dicen que Isabel II le dijo a su madre el
día antes de casarse: "He cedido como reina, pero no como mujer. Yo no he
buscado a este hombre para que fuese mi marido; me lo han impuesto y no lo
quiero" La noche de bodas fue un fracaso. Más tarde diría Isabel II al
diplomático León y Castillo: "¿Qué voy a decirte de un hombre que en la
noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía?". Al
parecer el rey Francisco de Asís, alias Paco Natillas, no consumó el
matrimonio. La gente cantaba: "Paco Natillas es de pasta flora y se mea en
cuclillas como una señora". Dicen que tenía tantos amantes masculinos,
como Isabel II. Entre los de la reina cabe destacar a el
compositor Emilio Arrieta, Carlos Marfori, José María Ruiz de Arana, conocido
este en Madrid como "el pollo Arana". Otro, el militar Puig y Moltó,
a quién se atribuía, junto con Arana, la paternidad del futuro Alfonso XII.
Por su parte, el pueblo cantaba mientras tanto: "Isabelona tan frescachona
y don Paquito tan mariquito.". De don Francisco de Asís se decía que
mantenía relaciones íntimas con Antonio Ramos Meneses. Cuando en 1860, el
general O,Donell fue a despedirse de Isabel II antes de irse a la guerra de
África, la reina le dijo cariñosamente que si ella fuera hombre iría con él.
Francisco de Asís, que estaba presente, añadió: "Lo mismo te digo,
O,Donell, lo mismo te digo". Sobre Arana hay una
anécdota muy graciosa. Un día don Francisco le llegó a decir a la reina que
tuviera cuidado con el pollo Arana, que le estaba poniendo los cuernos. Mayor
comprensión imposible. Francisco de Asís le decía al ministro de la
gobernación :"Es forzoso que Serrano desaparezca. Se ha referido a mí en
términos malsonantes. Eso no lo admito. ¡Serrano! ¿sabes lo que es? Un Godoy
fracasado. Al menos el otro para obtener los favores de mi abuela supo ganarse
el afecto de Carlos IV". Por otra parte, a cada uno de los varios embarazos
de Isabel II se atribuye un hombre distinto. Después de "la gloriosa"
los dos se exiliaron en Francia, pero el matrimonio se separó. Lo mismo que
haría después su nieto Alfonso XIII.