LA FINCA JARDINILLO Por Yolanda García Acedo

La finca Jardinillo es una finca perteneciente al término municipal de Benalup-Casas Viejas, situada entre el punto kilométrico 8-9 de la carretera CA-211 Medina - Benalup.  Se divide en dos partes a causa de la carretera de Medina, por lo que limita con distintos terrenos. La parte más grande de la finca limita al sur con la carretera de Medina; al oeste con el actual polígono industrial (tan cerca que sólo les separa un vallado de tunas), con el padrón de Paternilla y el campo de fútbol; al norte con la Cañada Real de Algeciras y al este con  el Padrón de Peña Hincada. La otra parte linda al norte con la carretera de Medina; al este con la finca de Diego el Engomao; al sur con el Puerto de los Chinos y al oeste con el Padrón de Peña Hincada.

La finca Jardinillo tiene, como hemos visto, grandes extensiones de terreno, unas dedicadas al cultivo de trigo, cebada, remolacha, etc; otras dedicadas al ganado, en este caso, se trata de la zona de monte donde hay especies como el acebuche, el lentisco, la zarza, la carrasca, etc; zona que  es muy apropiada para el ganado vacuno que está en esta zona en invierno, ya que en verano se encuentra en el rastrojo de los cereales.

La parte de monte abrupto, que ya hemos citado, cuenta con una especie muy importante y mucho más escasa, como es la palma. Por esta razón la parte de la finca donde está esta especie es llamada el “Palmar Bello”. Esta planta ha sido muy importante para las personas que vivieron en tiempos de miseria, aunque hoy también se cogen, al igual que las tagarninas o los espárragos.

     Durante los años 50 la finca pertenecía a los hermanos Benítez de la Cuesta, don Manuel, doña Isabel y don José. El principal propósito de estos hermanos era mejorar el rendimiento de la finca, para ello encargaron a una empresa la búsqueda de agua mediante pozos con galerías, hasta que por fin encontraron el agua en la parte de la mesa, hoy día la parte llana del cortijo. Allí hicieron dos pozos subterráneos a los que pusieron motores de  gran potencia, que con una tubería que pasa por la carretera CA-211 llena dos albercas de las que salen otras tuberías que llevan el agua hasta la vega.

  Los hermanos Benítez de la Cuesta tenían una ganadería retinta bastante buena, que habían heredado de sus padres. Para el mantenimiento de estas reses hicieron un buen uso del agua, sembrando grandes extensiones de pasto sudán, pasto que segaban verde para almacenarlo en los cuatro silos que tenían en el cortijo. Con el cultivo de este pasto podían alimentar a los becerros que cebaban para su venta. También se dedicaron a la cría de ganado charolés, ya que eran unas vacas grandes que dan una carne excelente y unos becerros muy buenos.

Durante este tiempo había mucha gente que estaba trabajando fija todo el año, la mayoría eran de Medina, ya que los dueños eran de este pueblo.   Entre los trabajadores encontramos mecánicos, vaqueros, regadores, taladores, guardas y el encargado. Casi siempre han vivido tres familias fijas en el cortijo, por lo que el cortijo contaba con las infraestructuras adecuadas para la vida cotidiana  de estas familias; estas tres familias se distribuían en las dos casas del cortijo y la casa del “Palmar Bello”. También había una vivienda para la estancia temporal de los dueños que estaba junto a las casas del cortijo.

Las familias que vivían en las casas eran las de los guardas, vaqueros y jefe de riego. El resto de los trabajadores iban y venían todos los días. Los taladores pasaban el invierno cortando las ramas de los acebuches para el ganado retinto. Con lo que quedaba de estas ramas aquellas personas del pueblo  que querían hacían picón, del que se abastecían durante el invierno o que vendían para su sustento.

Algunas personas del pueblo también intervenían en algunas tareas del cortijo como eran “las batidas de pájaros perdices” o “las batidas de liebres”, aunque estas últimas eran menos comunes.

Estas batidas se realizan en los meses de noviembre o diciembre, por lo que casi siempre llueve. Esta tarea consiste en distribuir a una serie de personas por la finca para que lleven a los pájaros hacia los puestos donde están los tiradores (que pueden ser invitados de los dueños, personas que pagan para tirar o los propios dueños y familiares). Los batidores, que eran los que espantaban los pájaros, llevaban banderolas y daban gritos para asustar a los animales; normalmente iban a pie y eran guiados por el guarda que llevaba una especie de trompeta con la que daba la orden para empezar la batida. Estos batidores, entre los que también pueden estar los trabajadores de la finca recibían un jornal, además del tradicional bocadillo de chorizo, la fruta y el huevo duro. La batida era una tarea que se “celebraba” casi como una fiesta en el cortijo, aunque su fin es disminuir el número de pájaros o liebres / conejos, ya que se comen y estropean los cultivos.   Lo mismo ocurre con los tradicionales herraderos, que también son casi una“fiesta”. Esta tarea puede realizarse tanto con potros o con becerros, todos ellos de corta edad (8-10 meses). En este caso sólo intervienen realmente los trabajadores del cortijo, aunque el dueño suele tener invitados en este día. Los herraderos consisten en poner a los animales más pequeños el hierro del dueño (una especie de señal para identificarlos) y un número con el que se le identifica dentro de la ganadería(fecha de nacimiento). Para ello se apartan  los animales de sus madres y se les lleva uno a uno hasta otro cercado donde son atados y sujetos para ponerle el hierro, que ha estado antes puesto en una candela.  Este hierro lo coge el dueño que lo apoya sobre el animal quedando así marcado, después uno de los trabajadores, que está encargado de ello, coge una serie de medicamentos que se le ponen en la herida al animal para evitar así posibles infecciones. Después de que es herrado el animal vuelve con su madre.

Después de herrar a todos los animales se hace una pequeña comida en la que pasan un rato  juntos trabajadores y señoritos. Estas tareas se continúan haciendo, aunque ya no con tanto arraigo como antes.

A finales de los años 60 o principios de los 70, don Manuel, uno de los hermanos Benítez de la Cuesta, fallece en un accidente de tráfico, él acostumbraba a venir a diario desde Cádiz, donde tenía su domicilio habitual.

Después de esto, sus hermanos se vieron obligados a repartir sus posesiones, ya que tenían más fincas.

Jardinillo se “dividió” en dos: una parte se conservó como originariamente, es decir, siguió dentro de la familia Benítez de la Cuesta, pero ahora pertenecía a la viuda de don Manuel, doña Juana M ª  y herederos, quienes las arrendaron a la ganadera de reses bravas M ª Carmen Camacho. Esta parte de Jardinillo, ahora llamado el Jardinillo de arriba, la componen la zona de monte, la zona de cultivo de secano (dos de las parcelas  que están al otro lado de la carretera CA-211) y el “Palmar Bello”. La otra parte de Jardinilllo fue vendida a don José Manuel Durán Gallardo. Este sería el llamado hoy Jardinillo de abajo, que está compuesto por las tierras de regadío, las otras dos parcelas que están al otro lado de la carretera y una porción de monte.

En la parte perteneciente a doña Juana M ª y herederos se hizo un nuevo cortijo(aproximadamente 1975) en el que había una casa para el vaquero, ya que el ganado de los hermanos Benítez de la Cuesta continuaba en la finca, y una casa para los dueños para cuando venían al cortijo. Fue después de un tiempo cuando doña Juana M ª decidió arrendar sus tierras a doña M ª Carmen Camacho, más o menos en 1985. Este arrendamiento duró hasta aproximadamente 2001, hasta entonces se criaron muchos becerros bravos de esta prestigiosa ganadería en Jardinillo, donde permanecían durante un tiempo. Poco después eran llevados a La Quinta, finca propiedad de doña M ª Carmen, donde estaban hasta que eran toros aptos para la lidia. En el periodo de verano se llevaba al ganado a otras fincas para que pastaran (agostadero), este traslado se hacía a pie; una de las fincas donde el ganado pasaba el agostadero era Gallardo, una finca cercana a Jerez.

Durante el periodo de tiempo del arrendamiento a doña Mª Carmen fallece doña Juana Mª , a causa del fallecimiento de su madre los herederos Benítez deciden vender la finca  Jardinillo de arriba, dada su inexperiencia y falta del tiempo que necesita el mantenimiento de una finca.

Hoy día una parte de esta finca pertenece al ayuntamiento de Benalup-Casas Viejas (actual recinto ferial), otra zona forma parte de un proyecto de un nuevo campo de golf y otra de una futura urbanización(el “Palmar Bello”)

Junto a todos estos proyectos o ya hechos continúan pastando reses retintas ajenas a todo ello.

Respecto a Jardinillo de abajo, continua siendo propiedad de don José Manuel Durán, quien empieza a explotar la finca desde el momento de su compra. Comenzó con la siembra de remolacha de regadío, trigo, cebada, etc,  cultivos con los que continua hoy día. También cuenta con una ganadería, compuesta tanto por ganado caballar (raza hispano-árabe y pura raza española) como por ganado vacuno (principalmente raza retinta). Esta ganadería participa en numerosas ferias, en las que ha obtenido importantes premios. Entre las ferias destacan la feria de Jerez y la feria de San Miguel de Sevilla.

El  ya nombrado ganado vacuno nace y se cría en la finca, hasta que está preparado para ser vendido al matadero. El ganado caballar está destinado principalmente a la venta, un caballo de este hierro fue comprado por el rejoneador ya retirado Javier Buendía.   
 

 

 

Testimonios anónimos:

 

La finca Jardinillo parece ser que fue el paño de lagrimas de todo Benalup-Casas Viejas; se iba a coger tagarninas, espárragos, cogollos, palmas, se furtiveaba cazando conejos, perdices, pajaritos… También se iba los días de navidad a coger palmitos al “Palma Bello”,a dar un paseo al campo a disfrutar de una merienda era como el parque de Benalup y en tiempos antiguos también fue todo esto una pequeña ayuda para todas estas personas que lo necesitaban y se metían clandestinamente, para llevar algo de comer o alguna ayuda a su casa.

Los siguientes testimonios de personas anónimas del pueblo nos dan una pequeña muestra de las calamidades de antaño.

 

1-Una persona en los años 45 que acogía en su pequeña parcela vacas de otras personas que por su puesto no podía alimentar pero que luego por la noche metía clandestinamente en la finca y cobraba al dueño de las vacas como si las hubiera alimentado en su parcela.

2-Año 1940.

Los dueños de un tejar del pueblo que con más o menos consentimiento de los dueños de la finca metía a sus mulos y burros a pastar.

3-Un vecino que tiene unas cuantas vacas lecheras y vive de la leche y de los terneros que vende, mete durante la noche sus vacas para que queden preñadas de los buenos toros charoleses de los Benítez.

4-Un vecino que tiene sus burros que le sirven de transporte pero no tiene donde alimentarlos y también los mete durante la noche a la finca.

5-Otras personas que metían pavos, cerdos, enseñaban a sus perros a cazar, etc.

 

Yo pertenezco a la 4ª generación de mi familia que vive en esta finca.

La 1ª,el abuelo de mi madre, Manuel Acedo Aragón.

La 2ª,el padre de mi madre, Salvador Acedo Flor.

Y la 3ª mi madre Dolores Acedo Montesdeoca

Yo, Yolanda García Acedo, espero seguir estudiando y trabajar algún día fuera de ella. Aunque siempre estaremos agradecidos de la finca y de los dueños por todo lo que nos ha aportado.

 

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