TEMA 3.- La desamortización y los cambios agrarios

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El tema con corbata.  http://hoyesseimpre.blogspot.com/2007/12/anlisis-y-valoracin-de-las-medidas.html

INTRODUCCIÓN I.- CONCEPTO Y MECANISMO DEL PROCESO II.- OBJETIVOS III.- PROCESO CRONOLÓGICO IV.-RESULTADOS Y VALORACIÓN V.- CAMBIOS AGRARIOS

INTRODUCCIÓN

La agricultura era en el Antiguo Régimen y durante bastante tiempo en el Nuevo Régimen la base de la economía; la propiedad de la tierra su elemento principal. El paso del Antiguo al Nuevo Régimen tiene un elemento fundamental en el cambio de la propiedad de la tierra.

En el Antiguo Régimen la propiedad de la tierra estaba en su mayor parte amortizada; es decir vinculada a instituciones como la nobleza (a través del mayorazgo), la Iglesia,  los Ayuntamientos (bienes propios y bienes comunes) y el propio estado. Al estar vinculada a instituciones estas tierras no se podían vender,  partir, etc, es decir; estaban fuera de los mecanismos capitalistas. Los ilustrados consideraron que esta forma de propiedad era poco racional e impedía una explotación y unos rendimientos más intensivos, por ello denominaron a estos beneficiarios "manos muertas". Doc 6

La desamortización va a resultar clave en el cambio del antiguo al nuevo régimen. Para que se produzca una verdadera revolución industrial es necesario una verdadera transformación o revolución agraria. En España el proceso desamortizador tuvo bastantes consecuencias perjudiciales, pero ello hay que contextualizarlo dentro de las dificultades del paso del viejo al nuevo régimen.

LAS MANOS MUERTAS

Los liberales denominaron así a las instituciones que en el Antiguo Régimen poseían la mayor parte de la propiedad de la tierra. Las principales instituciones eran las órdenes religiosas, los mayorazgos (formula que buscaron las casas nobiliarias para mantener su prestigio y sus propiedades. Estas siempre pasaban al primogénito que podía ampliarr, pero no vender), el estado y los ayuntamientos (los ayuntamientos tenían propiedades en forma de bienes propios y comunes. Estos cumplían una doble función, sufragaban los gastos municipales -bienes propios-  y servían de complemento económico para la mayoría de los campesinos-bienes comunes-). Estas propiedades no entraban dentro del mercado capitalista y por ello su producción era bastante ínfima. El estado liberal, en el que uno de sus principios básicos es la prosperidad y la propiedad privada sagrada e inviolable, va a acabar con este tipo de propiedad, a través de la desamortización.

ILUSTRACIÓN, LIBERALISMO Y DESAMORTIZACIÓN

El proceso desamortizador es uno de los puntos claves del paso del Antiguo al Nuevo Régimen, relacionado con la revolución industrial y con la llegada de la democracia. Dos de los principios claves de la Ilustración y del liberalismo son la propiedad privada como algo sagrado e inviolable y la vida como un camino para conseguir la felicidad. Esta felicidad, tanto la individual como la del estado, está relacionada y vinculada a la riqueza, al dinero, a la propiedad privada. En el Antiguo Régimen lo más importante era el honor, estando mayoritariamente la propiedad vinculada a instituciones, en el Nuevo Régimen la base es el dinero, la prosperidad y la felicidad que da esta. Por tanto, la propiedad debe ser individual. Este paso de la propiedad institucional a la individual es lo que denominamos desamortización, que en un poco más de un siglo va a afectar al 40% de la superficie del estado español

I.- CONCEPTO Y MECANISMO DEL PROCESO  más información

DEFINICIÓN MECANISMO DEL PROCESO
Paso de la propiedad institucional a la individual.

Los señoríos, los mayorazgos, los bienes propios y comunes pasaron de estar vinculados a instituciones a propiedad individual y absoluta en su capacidad de gestión

En toda desamortización hay dos pasos. Uno; nacionalización de los bienes de las manos muertas (unas veces con indemnización como con Madoz y otras sin ella como en el caso de Mendizábal).

En un segundo momento esos bienes se venden a propietarios privados, aunque siempre previa obtención de unos beneficios por parte del estado, pues la motivación principal práctica de ello eran solucionar los problemas de la Hacienda Pública.

DEUDA PÚBLICA LA DESAMORTIZACIÓN Y LA IGLESIA ESPAÑOLA
El estado suele recurrir a los títulos de Deuda Pública para compensar la diferencia entre gastos e ingresos. Estos títulos son documentos que acreditan que el comprador ha prestado al estado ese dinero y por lo cual el estado no solo debe devolverlo en el plazo fijado, sino además pagar unos intereses por ello. En toda la historia de España el recurso de los títulos de deuda pública ha sido muy utilizado por sus gobernantes. En el siglo XIX las innumerables guerras (independencia, colonial, carlista...) hicieron aumentar considerablemente la deuda pública y poner en graves aprietos al Estado. En este contexto hay que entender el proceso desamortizador del siglo XIX. La iglesia española era la institución que más propiedad vinculada poseía y además fue la más afectada por este proceso desamortizador. Las relaciones de la Iglesia y el Estado pasaron por momentos muy críticos hasta que Narváez firmó con el Vaticano el Concordato, en 1851, por el cual la Iglesia asumía la desamortización, pero el estado dejaba en manos de la Iglesia la educación y sufragaba sus gastos. Este argumento se esgrime en la actualidad todavía para justificar que el Estado, en la práctica, siga manteniendo a la Iglesia católica. No obstante, las relaciones entre un sector de la Iglesia católica española y el liberalismo más radical se irían enturbiando progresivamente, dando lugar a ese anticlericalismo de gran parte de la izquierda española y a ese antiliberalismo de otra parte de la Iglesia católica, que tanto ha marcado la historia de España.

II.- OBJETIVOS

FISCALES      Doc 5       POLÍTICOS       ECONÓMICOS       SOCIALES                         
El objetivo principal de todas las medidas desamortizadoras del siglo XIX va a ser recaudar fondos para solucionar los problemas de la Hacienda Pública, bien para hacer frente a los gastos ocasionados por la guerra (Godoy y Mendizábal) o para hacer inversiones públicas (Madoz y el ferrocarril) Se trataba de crear una masa de propietarios que ligara sus intereses al liberalismo o nuevo régimen. Ello se va a conseguir pero a cambio se enturbiaron las relaciones con la Iglesia católica. Se pensaba que modernizando la estructura de la propiedad se producirían grandes transformaciones agrarias, con lo que se facilitaría el desarrollo económico y la revolución industrial. Este objetivo no se consiguió porque la propiedad se concentró. Se creía que un proceso desamortizador era la ocasión ideal para reformar la estructura de la propiedad, fomentando la mediana propiedad. Al igual que los objetivos económicos los sociales tampoco se consiguieron ya que predominaron los objetivos fiscales.

III.- PROCESO CRONOLÓGICO.

La desamortización no es un acto aislado, sino un proceso histórico que va a abarcar gran parte del siglo XIX. Por una parte se producían en distintos momentos las medidas legislativas y posteriormente el grueso de las ventas se producían en los decenios siguientes. Por otra parte, hay que constatar que las medidas legislativas desamortizadoras coinciden con gobiernos progresistas, que se caracterizan por sus reformas económicas (Cortes de Cádiz, Trienio Liberal, Mendizabal o Madoz) mientras que los conservadores se caracterizan por sus reformas administrativas y estatales.

 

El precedente. La desamortización de Godoy. Las Cortes de Cádiz.1811. Doc 1.- La desamortización de Mendizábal. 1836 Doc 2. Doc 8 La desamortización general de Madoz. 1855  Doc 3
Godoy, al frente del gobierno de Carlos IV desamortiza 1/4 de la propiedad eclesiástica cuya motivación principal fue la necesidad de ingresos para costear las guerras. Uno de los decretos más importantes de las Cortes de Cádiz fue el que eliminaba los señoríos jurisdiccionales y  que convertía a los señoríos territoriales en propiedad individual. Gran parte de la nobleza se acogió a esta opción, bien aportando los títulos de propiedad o a través de los tribunales. Fue la más importante de todas ( no sólo por su volumen y la rapidez con que se llevó a cabo, sino también porque a partir de ese momento la desamortización fue un proceso irreversible) y afectó a los bienes eclesiásticos. Ésta se plasmó en dos disposiciones; la primera suprimía las órdenes religiosas y nacionalizaba sus bienes; la segunda determinaba el sistema de venta, que se haría en pública subasta y se podía pagar o en efectivo o mediante Deuda Pública. Sus dos grandes motivaciones vienen especificadas en los decretos; la política (atraerse al liberalismo a una masa importante de compradores) y la económica (paliar la crisis de la Hacienda pública, debido a la guerra carlista). Para saber más Consistió en la venta forzosa, aunque con indemnización, de la totalidad de los bienes pertenecientes a los municipios, estado y otras instituciones. Su objetivo principal siguió siendo fiscal pero ahora dirigido a hacer inversiones públicas (ferrocarriles). También se da en un periodo progresista.

IV.- RESULTADOS Y VALORACIÓN

TRANSFORMA-CIÓN DE LA PROPIEDAD BENEFICIADOS Y PERJUDICADOS Doc 4.- CONSECUENCIAS POLÍTICAS, SOCIALES Y CULTURALES VALORACIÓN
  La desamortización produjo una radical transformación de la regulación de la propiedad. A finales del siglo XIX estaba consolidada la propiedad privada e individual en España.

Aumentó la concentración de la propiedad (tercera fase de la creación del latifundio) ya que compraron tierras quien tenía dinero (nobleza y burguesía), en este sentido no sólo no se fomentó la mediana propiedad sino que aumentaron los minifundios y los latifundios.

Los beneficiados fueron la nobleza, que adquirió tierras y que paso las suyas de carácter institucional a individual, y la burguesía comercial y agraria que adquirió gran parte de las tierras en venta.

Los perjudicados fueron la Iglesia que perdió su principal base económica (aunque fue compensada), los ayuntamientos y los pequeños campesinos (ya que con la desaparición de los bienes propios y comunales) perdieron una de las bases de su sustento.

Políticamente se creó una masa de propietarios adictos al régimen liberal. La separación de la Iglesia-Estado se acentuó y desde Octubre de 1836 se produjo una ruptura entre el Estado y la Iglesia hasta que se firmó el concordato con la Santa Sede en 1851 por la que el estado sufragaba los gastos de la Iglesia. El liberalismo español, sobre todo en sus versiones más radicales adquirió un tono anticlerical. Socialmente aumentó el protagonismo de la burguesía y, sobre todo, apareció una nueva clase social; los jornaleros, que sobre todo en zonas muy latifundistas iban a ser una fuente de problemas durante todo el siglo XIX y parte del XX. Culturalmente la desaparición de instituciones eclesiásticas supuso la destrucción o el deterioro de edificios históricos y la dispersión su patrimonio, aunque parte se recuperó después en archivos y museos. La desamortización tuvo como consecuencia final la consolidación del régimen liberal. Pero sus sombras fueron muy importantes. No se produjo un aumento significativo de la producción agraria y la propiedad se concentró más, por lo que el escaso desarrollo agrario impidió una profunda revolución industrial. Se recaudo menos dinero del previsto pues la mayor parte de las compras se hicieron en Deuda Pública y esta se devaluó pronto, hubo bastante corrupción. En definitiva, la desamortización no cumplió las grandes esperanzas de realizar una profunda reforma agraria, ni condujo a la industrialización. Pero la desamortización fue inseparable de las dificultades de consolidación de un Estado liberal amenazado por los partidarios del Antiguo Régimen y con unos ingresos fiscales absolutamente insuficientes para hacer frente a los gastos.

LA DESAMORTIZACIÓN Y EL PROBLEMA AGRARIO
No se puede decir que el problema agrario español se iniciara con la desamortización, pero si que lo agravó y lo consolidó. La desaparición de los bienes comunes y la aparición de grandes latifundios demandantes de mano de obra barata hizo aparecer a una gran masa de jornaleros (Este es el origen de Benalup-Casas Viejas). Ello a su vez tuvo dos consecuencias, por un lado, el escaso poder adquisitivo de estos jornaleros ralentizó el proceso de industrialización español, y, por otro, sus malas condiciones de vida dan lugar al inicio de sublevaciones y levantamientos en el campo español. Unas insurrecciones campesinas, más violentas y menos organizadas que las industriales, que van a caracterizar buena parte de nuestra historia contemporánea y que tienen su punto álgido en la segunda república y en los Sucesos de Casas Viejas su ejemplo más conocido.
V.- CAMBIOS AGRARIOS
V.1.- El atraso agrario.

A principios del siglo XIX el sector agrario español estaba muy atrasado. Los síntomas eran

    Monocultivo cerealístico

    Técnicas tradicionales como la rotación trienal, el barbecho, arado romano y abonos naturales

    Privilegios de la ganadería por la importancia de la Mesta

    Estructura de la propiedad, latifundios y minifundios, y sobre todo, las manos muertas

Durante el siglo XVIII la agricultura fue un problema y en su solución pusieron muchas energías los ilustrados.

V.2 Evolución de la agricultura.

A lo largo de la primera mitad del siglo XIX se producen en España una serie de cambios legislativos que tendrán repercusión en la estructura de la propiedad de la tierra. En general podemos decir que consisten en remover los obstáculos jurídicos a la propiedad liberal: libre, individual y absoluta. Desparecen, pues, las formas de propiedad compartida o vinculada. Durante las Cortes de Cádiz, se abole el régimen señorial, los señoríos solariegos pasan a ser considerados como propiedad, y los jurisdiccionales debían ser integrados en la nación. También hay una ley de repartos de propios y comunes. En el Trienio Liberal, durante el reinado de Fernando VII (1820-1823), se desvincularon los mayorazgos y se permitieron el cierre de fincas. La abolición de privilegios de la Mesta allanó también este camino. También se permitió la libertad de arrendamientos agrarios, libertad de precios y almacenamiento, así como la de comercio interior. De este modo se permite el uso exclusivo de las propiedades agrarias desde la individualidad. Por último, la abolición de los diezmos eclesiásticos completaron el marco jurídico necesario para la propiedad liberal.

Hubo un cierto desarrollo agrario, pero coexistieron factores que impulsaban la modernización y otros que la obstaculizaban.

Factores que impulsaban la modernización Factores que obstaculizaban la modernización
La desamortización supuso un cierto impulso de la producción Persistió el estancamiento tecnológico con la utilización del arado romano y el abono natural o biológico
El proteccionismo comercial Existencia de grandes latifundios y minifundios Doc 1.-, que implicaban la existencia de los jornaleros con un nivel de vida muy bajo, ello hizo que no se desarrollara el mercado cualitativo que absorbiera la producción industrial
Cierto crecimiento demográfico que estimuló la demanda
Existencia de un sector exportador moderno (olivo, vid y cítricos Existencia de un sector agrario utilizado con el predominio de la agricultura de subsistencia.

Hubo cambios evidentes en la estructura de la propiedad, se eliminaron los señoríos o mayorazgos, se acabo con las manos muertas y las leyes que impedían el libre acceso al mercado, cercar, vender, alquilar, etc, se fomentó la concentración de la propiedad o se acabó con las prácticas comunales y señoriales de la agricultura. Pero estos cambios no facilitaron la modernización, porque los propietarios optaron por continuar con una mano de obra barata y no mecanizar las explotaciones.

Otras consecuencias fueron la decadencia de la ganadería, por la supresión de la Mesta y de sus privilegios. Además la imposición de la política proteccionista perjudicó al sector moderno y exportador agrario.

V.3 Importancia de la agricultura en el crecimiento económico.

Para la modernización de la economía o revolución industrial es básica la revolución o modernización agraria. Y esta no ocurrió en el siglo XIX

Aunque los liberales consolidaron la propiedad privada y eliminaron la institucional, el modo de hacer la desamortización, imponiéndose los objetivos fiscales, favoreció la consolidación del latifundio (3ª fase) y un latifundismo basado en una mano de obra barata y dócil, no una gran propiedad moderna

En 1900 la población seguía siendo básicamente rural, había déficits alimentarios (hambres, falta de calorías y proteínas), no hubo exportaciones y el nivel de consumo era muy bajo. No fue tampoco un mercado para la industria ni hubo trasvase de capitales a otros  sectores, por la desconfianza tanto en la industria como en los bancos. Tampoco hubo transferencia humana hacia la industria y otros sectores. Hasta finales del XIX se mantiene en España el Régimen Demográfico Antiguo (alta mortalidad, analfabetismo, dieta pobre, bajo nivel de vida, desidia de los gobiernos). En definitiva, la agricultura continúo siendo un lastre y un obstáculo para el desarrollo del resto de los sectores. La conflicitividad social y política que generó el problema agrario está en la base del tumultuoso siglo XX español (Sucesos de Casas Viejas o Guerra Civil, por ejemplo.

CONCLUSIÓN.

La desamortización constituyó la medida más revolucionaria entre las adoptadas por el gobierno liberal. Se había abolido el régimen señorial, se habían suprimido los mayorazgos y se había desamortizado. Esto llevaba consigo una liberalización de la tierra puesto que se eliminaban obstáculos el desarrollo del capitalismo. Pero no fue suficiente, porque la agricultura española, muy atrasada, no fue motor para provocar una verdadera revolución industrial en nuestro país. Al atraso secular en las técnicas agrarias y a la lenta evolución de la producción durante el siglo XIX, se vino a unir una desaprovechada oportunidad, la desamortización de la tierra, que pasó de manos eclesiásticas y municipales, a manos laicas y privadas, sin llegar a crear una verdadera clase media agraria, y aumentando las diferencias sociales entre una alta burguesía enriquecida y un campesinado cada vez más pobre.

El fracaso de la revolución industrial en España, de tal forma que habrá que esperar a la década de los sesenta del siglo XX para que se produzca, está ligado al fracaso de la desamortización, de tal forma que algunos autores la han denominado Reforma Agraria al revés.

En definitiva, la desamortización no cumplió las grandes esperanzas de realizar una profunda reforma agraria, ni condujo a la industrialización. Pero la desamortización fue inseparable de las dificultades de consolidación de un Estado liberal amenazado por los partidarios del Antiguo Régimen y con unos ingresos fiscales absolutamente insuficientes para hacer frente a los gastos.

De esta forma, el latifundio se consolidó (3ª fase) y el jornalero apareció como clase social que va a protagonizar parte de la conflictividad política y social de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El problema agrario (injusticias sociales y escasa demanda económica) está en la base de los problemas del siglo XX que nos conducen a la segunda república y la guerra civil.

En los sesenta, la crisis de la agricultura tradicional y el éxodo rural posibilitan la verdadera revolución industrial, pasando la agricultura a un papel terciario, después de los servicios y la industria. En la actualidad se ha producido una cierta vuelta al campo debido a la crisis económica y las zonas menos desarrolladas, como la nuestra, tienen una mayor presencia del sector agrario que el resto.

LA DESAMORTIZACIÓN Y EL PROBLEMA AGRARIO
No se puede decir que el problema agrario español se iniciara con la desamortización, pero si que lo agravó y lo consolidó. La desaparición de los bienes comunes y la aparición de grandes latifundios demandantes de mano de obra barata hizo aparecer a una gran masa de jornaleros (Este es el origen de Benalup-Casas Viejas). Ello a su vez tuvo dos consecuencias, por un lado, el escaso poder adquisitivo de estos jornaleros ralentizó el proceso de industrialización español, y, por otro, sus malas condiciones de vida dan lugar al inicio de sublevaciones y levantamientos en el campo español. Unas insurrecciones campesinas, más violentas y menos organizadas que las industriales, que van a caracterizar buena parte de nuestra historia contemporánea y que tienen su punto álgido en la segunda república y en los Sucesos de Casas Viejas su ejemplo más conocido.
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